Historia del teatro-constelación, VANGUARDIA EN ESCUELAS DE TEATRO: FEDERICO HERRERO, DIRECTOR, PROFESOR DE TEATRO.
TEATRO INTELIGENTE: NICOLÁS HERRERO.
INFORMES DE ACTIVIDADES 15-5823-5865
Federico Herrero y
Nicolás Herrero, especialistas en artes y ciencias del teatro,
presentaron en UNIVERSIDAD DE PSICOLOGÍA DE CIUDAD DE BUENOS AIRES, un
trabajo de investigación, tema
Historia del teatro: constelaciones
A continuación conceptos contenidos en el mismo desde mi punto de vista.
Federico
Herrero afirma en la primera parte del trabajo citado: el arte del
teatro tiene su concepto en la constelación, históricamente cambiante,
de sus momentos; se resiste a la definición.
Y si en
vez de esto se intentase, de acuerdo con el uso filosófico, separar
categóricamente la llamada cuestión del origen, considerada como
cuestión de la esencia, de la cuestión de la génesis desde la
prehistoria, entonces se cae en la arbitrariedad de emplear el concepto
de origen de forma contraria a lo que dice el sentido de la palabra.
El
arte de teatro siempre estará predeterminado por aquello que alguna vez
fue, sólo adquiriendo legitimidad por aquello que ha llegado a ser y,
más aún, por aquello que quiere ser y quizá pueda ser.
Aun cuando
haya que mantener su diferencia de lo puramente empírico, se modifica en
sí mismo; algunas cosas, pongamos las figuras culturales, se
transforman con el correr de la historia en realidades artísticas, cosa
que no fueron anteriormente; algunas que antes eran arte han dejado de
serlo.
Los directores afirman: su esencia no es deducible de su
origen, como si lo primero fuera el estrato fundamental sobre el que se
edificó todo lo subsiguiente, que se hundió cuando ese fundamento fue
sacudido.
La fe en que las primeras obras de arte fueron las más
elevadas y las más puras es sólo romanticismo tardío; con el mismo
derecho se podría sostener que los más antiguos productos artísticos,
todavía no separados de prácticas mágicas, de
objetivos
pragmáticos y de nuestra documentación histórica sobre ellos, productos
sólo perceptibles en amplios períodos por la fama o por nuestra
grandilocuencia,son turbios e impuros; la concepción clasicista se
sirvió de buena gana de tales argumentos.
los datos se pierden en una enorme vaguedad.
El
intento de subsumir la génesis histórica del arte bajo un motivo
supremo se pierde necesariamente en algo tan confuso que la teoría del
arte no retiene en sus manos más que la visión,
ciertamente relevante, de que las artes no pueden ser incluidas en la identidad sin fisuras del Arte en cuanto tal.
Plantear desde arriba la pregunta de si un fenómeno como el cine es o no arte no conduce a ninguna parte.
El arte dramático al irse transformando, empuja su propio concepto hacia contenidos que no tenía.
La
tensión existente entre aquello de lo que el arte ha sido expulsado y
el pasado del mismo es lo que circunscribe la llamada cuestión de la
constitución estética.
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